por MIM(Prisiones)
Mayo 2009
públicado en ULK panfleto #8
Halliburton, KBR, y Blackwater (quien recientemente fue marcado “Xe”)
han llegado a ser nombres populares en los años recientes y por lo
general con las connotaciones negativas. Hay mucho que decir sobre la
corrupción que está detallada en los libros citados más abajo, y también
demostrarémos unos paralelos al Complejo Industrial de Prisiones en este
y en otros artículos. La pregunta más considerable para los
contra-imperialistas, es ¿qué significa esta corrupción para el
desarrollo y el mantenimiento del imperialismo?
Los libros repasados para complementar este artículo describen las ambas
partes del militar imperialista estadounidense moderno. Por una parte el
ejército estatal que está comprando a la juventud americana con la
cultura del centro comercial a lo cual están acostumbrados y que está
mantenido por el trabajo barato del obrero del Tercer Mundo. Por otra
parte tiene contratistas armados, usados para las operaciones más
élites, quienes ganan sueldos más altos que los de los soldados
estadounidenses. Cuando los mercenarios vienen Tercer Mundo, ganan aun
más en proporción de lo que ganaban antes de hacerse mercenarios. Todo
combinado, los contratistas llegaron a superar en número al personal
militar terrestre estadounidense en Iraq. (Chatterjeem p. xvi) Las
historias de Halliburton, KBR y Blackwater deletrean una clara
tendencia: le está costando más que nunca al imperialismo para poder
sostener los niveles de personal necesario para mantener la hegemonía
mundial.
Un Microcosmos de la Economía Mundial
En el libro Halliburton’s Army, Pratap Chatterjee reporta que los
sueldos para contratistas en Iraq son relacionados explícitamente según
sus nacionalidades. Esta imagen es muy significativa a los quien afirman
que los americanos merecen sueldos más altos porque son más productivos.
Aquí tenemos gente que viene de todas partes del mundo para trabajar en
los mismos sitios y los tipos de pago son comparables a los que ganan en
sus naciones respectivas (usualmente ganan más en Iraq). Esta norma
todavía resonaban cierto en casos comunes donde la persona común del
Tercer Mundo tenía más experiencia, más conocimiento, o era más hábil
que la persona del Primer Mundo. Contratistas estadounidenses quienes
estaban desempleados y desesperados por conseguir trabajo empezaron con
sueldos desde $80,000 anuales más gastos de subsistencia para supervisar
a filipinos que ganaron $200-$1,000 por mes. Un americano afirmó haber
realizado $130,000 al año para trabajar sólo un día por semana. En
Bagram, los basureros afganos se pagaron $10 por cada jornada de 12
horas. Mientras que los indios ganaban $600 al mes más alojamiento y
comida por trabajar en los restaurantes de comida rápida en las base.
Los filipinos quienes construyeron las prisiones en Guantánamo fueron
mantenidos sí mismos en prisiones horribles, y recibieron $2.50 cada
hora por trabajar 12 horas peligrosas diariamente sin equipo de
seguridad. Los abusos de parte de los contratistas llegaron a ser tan
notoria que La India, El Nepal, y las Filipinas lo prohibieron que sus
ciudadanos trabajar en Iraq. (Chatterjee)
Con 35,000 de los
47,000 empleados de Halliburton en Iraq siendo procedentes del Tercer
Mundo (Chatterjee, p. 142), y los sueldos comparables siendo pagados por
la nacionalidad, se ve una réplica de la economía mundial que la mayoría
de los habitantes del Primer Mundo defienden, incluso muchos de los
llamados “marxistas.” Alrededor del 25% de los empleados ganaban
salarios del nivel explotador mientras que los demás eran obreros del
Tercer Mundo (en su mayoría inmigrantes) haciendo todo el trabajo duro y
peligroso para salarios por debajo del valor promedio del trabajo. Según
los izquierdistas de la nación opresora, Halliburton no emplearía a los
americanos con sueldos de $80,000 más las gastas si no los estuviese
explotándoselos. Estos pseudo-marxistas piensan que un americano quien
firma un cheque produce diez veces más de valor que un filipino que hace
la construcción o la preparación de comida. En la escala mundial existen
las fronteras y los océanos que de alguna manera le hacen esta mera
misma situación aun más agradable a la nación opresora.
La Conexión del Prisión
Mientras los vínculos de Halliburton y Blackwater con el gobierno
federal han estado en cuestión durante mucho tiempo, el contratista 39o
más grande del gobierno es su propio Industrias de Prisiones Federales –
FPI o UNICOR. (Wright, p.111) Como el labor del Tercer Mundo detrás de
Halliburton y KBR, el autor Ian Urbina afirma que el militar
estadounidense no podría hacer lo que hace sin la inmensa cantidad y
diversidad de productos el FPI provee con el trabajo de presos a los
cual les pagan entre $0.23 – $1.15 por hora (suma a $400 millones en
ventas al Departamento de Defensa en el 2002). Franklin D. Roosevelt
(FDR) estableció la compañía usando legislación que forzó al
Departamento de Defensa comprar los productos del FPI, aunque sus
precios no eran los más bajos. (Wright, p. 113) Esta táctica de parte de
FDR mantuvo el dinero en circulación dentro del estado para seguir
financiando sus objetivos represivos, en vez de permitir que el dinero
de impuestos regrese a manos del sector privado en la forma de
ganancias.
Esto valida, sobre todo, el patrón general que MIM(Prisiones) ha visto:
aún la industria la más grande en el país impulsada por el trabajo de
presos es un subsidio para la represión del Estado y no una fuente de
enriquecimiento individual. Sin embargo reconocemos que el militar
estadounidense no está ahorrando dinero por comprar los productos de FPI
– las industrias del sector privado tienen la capacidad de ofrecer sus
productos tan barato o aún más barato que FPI. Entonces no estamos de
acuerdo con las implicaciones que hace Urbina que el trabajo de presos
es esencial para las operaciones del militar.
Una relación interesante entre el Complejo Industrial del Militar y el
Complejo Industrial de Prisiones se encuentra en las contribuciones de
más de $500,000 de parte del dueño de Blackwater Erik Prince al
Ministerios del Compañerismo en Prisiones – PFM. PFM es una organización
cristiana evangélica que envía más de 50.000 voluntarios en las
prisiones de EE.UU. (Wright, p.130) Mientras MIM(Prisiones) queda
impedido de mandar correspondencia a presos por todos partes de los
Estados Unidos porque mantiene que la revolución es necesaria para
acabar el aprieto de los opresos, el fundador de Compañerismo en
Prisiones, Chuck Colson, citó a Thomas Jefferson para implicar que la
revolución cristiana es necesaria en los Estados Unidos. (Scahill,
p. 95) Más de 1,800 facilidades le han otorgado acceso al PFM para que
funcione sus programas dentro de las prisiones, los cual han registrado
más de 20000 personas.
Americanos Queremosynopodemos
Blackwater está reclutando a ex agentes de la CIA ocupados en todo el
mundo como mercenarios, sobornándoles con cheques de pago al nivel de
los E.E.U.U. El resultado de esto debería ayudar a demostrar a nuestros
críticos la importancia de la compra de toda una nación. El nacionalismo
americano provee una defensa mucho más poderosa para el imperialismo de
lo que ningún ejército mercenario podría proveer. Aunque la mayor parte
de estos mercenarios están impregnadas de la ideología fascista lo cual
conduce al militarismo imperialista, las posibilidades de conflictos de
intereses son significativamente más grandes.
La globalización del ejército imperialista es un signo de debilidad, no
de fuerza cada vez mayor. Pronto no habrá absolutamente ningún manera de
que su ejército pueda crecer (excepto con los robots).
Soldados Americanos del Siglo 21
Desde la Guerra Civil hasta la Guerra Fría, el ejército nacional de los
EE.UU. no fue reclutado por el motivo de ganancia. Sin embargo, mientras
que el nacionalismo estadounidense proporcionó una base sólida para el
militarismo imperialista, que siguen aumentando las demandas de la
nación parásita eventualmente socavó la voluntad de los soldados a
luchar y morir por su nación. Podrían emplear a los mexicanos para hacer
sus quehaceres domésticos y trabajo manual, mientras los asiáticos del
este están siendo contratado para hacer su producción industrial, no
podían simplemente contratar a alguien para manejar el trabajo sucio de
luchar en sus guerras de saqueo imperialista? O parafraseando a
Chatterjee, los soldados estadounidenses pasaron de pelar sus propias
papas en tiendas de campaña que han establecido sí mismos a tener
obreros del Tercer Mundo sirviéndoles buffet de todo lo que puedan comer
para la cena. Sabes, para que lo haga sentir más como estén en sus
casas.
Funcionarios del departamento de relaciones públicas del militar
estadounidense explican de la necesidad de proveer tal conforts de
criatura como necesario para mantener un ejército completamente
voluntario en el siglo 21. (Chatterjee, p.10) Pero la pregunta de por
qué una conscripción no es viable es la misma pregunta de americanos
quienes no teniendo ganas de entregar a sus vidas cómodas, lo cual atrae
la amenaza de un movimiento de resistencia contra la conscripción que da
alimento al anti-imperialismo.
Un solado reportó,
“No es una exageración que tengo un estilo de vida mejor aquí en la base
en Iraq de lo que tendría allá en los Estados Unidos. Tenemos lavandería
gratis, viviendas de tipo apartamento con aire acondicionado y
electricidad sin límite también agua caliente, hay varios distribuidores
americanos de comida rápida, salones, internet gratis, cafés y un enorme
PX… helados de Baskins Robbins… y una vez a la semana nos sirven bistec
y langosta… noche de karaoke, y varios tipos de equipos deportivos…”
y concluye con lo siguiente,
“y aun solo a unos cientos metros fuera de la cerca, los niños pequeños
andan pidiendo de lo que sea: comida, agua embotellada… la realidad es
muy, muy, muy chocante. Somos verdaderamente una cultura de consentidos
y mimados.” (Chatterjee, p.11)
Esta no es una realización rara para los americanos consentidos que
concluyan cuando están enviados a la guerra en el Tercer Mundo. Pero
como este soldado señala, varios están allí por la misma razón de que
reciben mejores condiciones materialistas en Iraq. Y pues no están
exactamente convirtiéndose al internacionalismo en multitud a pesar del
dosis de realidad.
Lejos de pelar papas en efecto, Chatterjee describe lo que se encuentra
en el comedor típico: helados, barras de panqueque, colitas de langosta
y varias comidas elaboradas de día de fiesta, todo esto es gratis para
los soldados. Otras facilidades en las bases estadounidenses más grandes
contienen un centro comercial pequeño (“minimall”) con tiendas como
Burger King, KFC, McDonald’s, Pizza Hut, y Green Beans Coffee. El
continua dándole una descripción del “Scorpion’s Den”. Uno está
presentado de un inmediato con casi completa oscuridad, el trasfondo de
música de un teatro despejado de cien asientos, el suave luz de las
computadoras portátiles, y el parpadeo de luces de los videojuegos…
También hay palomitas de maíz gratis, caja tras caja de agua
embotellada… y una máquina de helados “Dipping Dots.” Entonces hay el
“Sandbox” donde “docenas de soldados se sientan reclinados en sillones
de cuero falso, entreteniéndose con video juegos de guerra o programas
como Guitar Hero y mirando la película de Star Trek.” (Chatterjee,
p. 6–7)
Vemos esto como una nueva etapa en la historia de reclutamiento militar
de parte de las naciones opresoras. Las fuerzas ocupantes brutales de
los poderes colonizadores en el Tercer Mundo hace más de cien años
actuaban directamente en sus intereses propios. Eran similar a los
conquistadores y colonizadores de Norte América de hace varios siglos
anteriores, cuando los americanos robaron la tierra que ahora ocupan. La
unidad nacionalista que subsecuentemente crearon con sus riquezas y
tierra robada, proveía por más de cien años de relativamente exitosos
conscripciones forzados al militar. Hoy día, sin embargo, a los
americanos les gusta imaginarse que su prosperidad no fue construida
detrás del genocidio y la esclavitud. En combinación con sus vidas
cómodas, la idea de ir a guerra frecuentemente les parece no sólo
desagradable sino innecesario. En otras palabras, su amnesia histórica
quizás ayudara a socavar a la nación opresora, ya que algunos no
comprenden de lo necesario para mantener sus posiciones de privilegio.
Al comienzo del siglo 21, Halliburton tuvo que doblar los sueldos de la
gente para convencerlos a que les vayan a Iraq, no como soldados sino
como contratistas civil. Pero aún así, ¿vale la pena arriesgar la vida
cuando la vida en el hogar es tan cómodo? La alianza americana al
imperialismo estadounidense se demuestra en la política, pero cuando
tiene que ver con ir a guerra, sus acciones caerán un poco corto de la
meta hasta que realmente empiezan a ver que su riqueza materialista
comienza a disminuir, lo cual ocurrirá cuando al Tercer Mundo empieza a
cerrar los caminos hacia la explotación como lo han hecho en el pasado.
El Complejo Industrial Militar no va a ser parado de por contribuyentes
americanos. Los que están impidiéndolo son los combatientes de
resistencia quienes han asegurado que los que van a Iraq sólo son los
que realmente necesitan estar allá. Desafortunadamente, ese incluye
muchas nacionales del Tercer Mundo, algunos de quien están detenidos
como presos mientras se fuerzan trabajar por poca paga o sin paga bajo
las condiciones la más horrible. Más y más aprenderá la locura de tratar
de trabajar por los imperialistas. No hay ningún futuro para las
naciones del Tercer Mundo dentro del sistema imperialista, sólo en la
resistencia a él.
Los debates sobre el envío de más tropas o la
racionalización de los militar estadounidense son debates sobre la
optimización imperialismo estadounidense. Lo interesante para nosotros
es que la lucha parece ser tan grave, ya que ni plan está resultando
viable.
En nuestra crítica sobre la economía de prisiones y la aristocracia del
trabajo por lo general, señalamos a los burócratas con sueldos
exorbitantes como una parte significante del problema. Pero
MIM(Prisiones) no es libertario en su ideología. En todo caso, la
experiencia parece mostrar un mayor grado de apropiación indebida de los
fondos cuando los servicios se subcontratan. La causa de la corrupción
es por motivo de lucro, si la posesión es pública o privada. Este es por
qué la nacionalización de las industrias o de bancos no se detiene la
explotación, ni tampoco señala un avanzo hacia el socialismo.
Notas:
(1) Chatterjee, Pratap. Halliburton’s Army. Nation Books,
2009.
(2) Scahill, Jeremy. Blackwater: The Rise of the World’s Most
Powerful Mercenary Army. Nation Books, 2008.
(3) Wright, Paul and
Tara Herivel. Prison Profiteers: Who Makes Money from Mass
Incarceration. New Press, 2007.