Conciencia Nacional y al Porqué las Vidas Negras Importan
Introducción
La recurrencia de la brutalidad policial y los prejuicios raciales contra grupos nacionales oprimidos en los EE UU ha capturado atención general y elevado la cuestión nacional. Cada vez más, grupos y comunidades nacionales oprimidas están expresando su descontento con un sistema de opresión que los deshumaniza y marginaliza. Se han realizado protestas masivas, la incertidumbre se ha apoderado de las ciudades, y se han formado movimientos organizados como respuesta directa a estas injusticias. O sea, los reclamos por parte de las naciones oprimidas en los EE UU comienzan a definir la cuestión nacional.
Estos eventos señalan una conciencia entre los grupos nacionales oprimidos en los EE UU de que el sistema actual no representa sus intereses, y que de hecho, funciona en su contra. Aunque los indicadores socioeconómicos revelan iniquidades en las comunidades donde residen los grupos nacionales oprimidos, estos indicadores no pueden comunicar las dimensiones de miseria y sufrimiento que resultan del racismo institucionalizado y la discriminación. Así como la conciencia de clases comienza a echar raíces y a crecer entre los trabajadores explotados al cuestionar y compartir sus experiencias unos con otros – dando lugar a organizaciones y movimientos diseñados para combatir esta realidad — de igual manera la conciencia nacional sigue este proceso a medida que las naciones oprimidas lidian con la realidad de la opresión nacional.
El movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) o BLM, es una indicación de este proceso. Este activismo reanudado se ha dado, no solo por los asesinatos sancionados de jóvenes de naciones oprimidas, sino por la acumulación de opresión nacional que ha ocurrido por años. El desarrollo cuantitativo de la cuestión nacional en relación al imperialismo social en los EE UU ha alcanzado un punto crítico. Las semi-colonias y naciones oprimidas en los EE UU tendrán que disputar su liberación o buscar un camino de reforma y mayor integración. Entonces, la pregunta importante es, ¿Cómo es que nosotros, los Maoístas, vamos a alimentar esta semilla emergente a través del nacionalismo revolucionario?
En última instancia, el punto de este artículo es el explorar brevemente como la opresión nacional informa la conciencia de las naciones oprimidas dentro de las condiciones únicas de una sociedad imperialista en los EE UU e identifica las implicaciones claves que resultan del movimiento BLM y que son relevantes al movimiento de liberación nacional a mayor escala. Es importante notar que el movimiento BLM no es una organización revolucionaria. Aun así, BLM es una enseñanza para nuestra causa, ya que demuestra el potencial de las semi-colonias internas y las naciones oprimidas internas en los EE UU de poder organizarse en base a los problemas relacionados con opresión nacional.
La opresión nacional y el derecho de una nación a la auto-determinación
En cuanto a las semi-colonias internas y a las naciones oprimidas de los EE UU, la cuestión nacional debe de basarse en reconocer sus derechos a la auto-determinación. Las naciones oprimidas están sujetas al semi-colonialismo, y por lo tanto, no pueden controlar su propio destino. Debido a que la supremacía de los blancos domina cada aspecto de la nación oprimida, la existencia material de dicha nación toma un plano secundario dentro de la estructura de poder regida por la raza blanca.Más aun, la nación-estado blanca-dominante ha creado mecanismos de control social para mantener el dominio de las naciones oprimidas. Encarcelamiento masivo, la disfunción comunitaria y de familia, la cultura de estereotipos y estigmas, entre otros, son algunos de los medios que utiliza para no perder de vista a dichas naciones oprimidas. Un ejemplo relacionado con el punto anterior son las restricciones sistemáticas que impiden el acceso a una educación reconocida y que limitan el acceso a oportunidades de empleo significativas. La falta de trabajo significa pobreza y los males sociales que la acompañan. Además, el racismo institucionalizado y la discriminación promueven actitudes y comportamientos que continúan formando una cultura de inequidad dentro de las comunidades de las naciones oprimidas. Como resultado, algunos miembros de las naciones oprimidas se ven obligados a perseguir un estilo de vida criminal, exponiendose al represivo sistema de injusticia criminal.
Aunque la situación descrita no es una representación de la nación oprimida en su totalidad, si nos presenta la necesidad de una liberación nacional y la ejecución del derecho de una nación a la auto-determinación. Es cierto que las semi-colonias internas en los EE UU y las naciones oprimidas gozan de estándares de vida y privilegios que sus compatriotas del tercer mundo morirían por tener. Aun así, la realidad de la opresión nacional no es menos perjudicial para la nación oprimida estadounidense. El dolor y sufrimiento asociados con las injusticias a causa del semi-colonialismo no dejan de ser menos reales.
Estas experiencias sociales de opresión nacional afectan emocionalmente a las naciones oprimidas. Cada día y cada instante de opresión nacional que los miembros de dichas naciones tienen que soportar deja una impresión en su conciencia. Eventualmente, los mismos empiezan a conectar los puntos y a reconocer lo injusto de su situación en la sociedad estadounidense.
¿Qué significa la conciencia nacional?
El punto central de este artículo es el ayudar a que las naciones oprimidas desarrollen una conciencia de su situación debido a la opresión nacional. Esta conciencidad no es revolucionaria ni es substantiva. Para aclarar, cualquier situación material que los humanos viven provoca la conciencia correspondiente y refleja su situación de vida. Rashid Johnson nos dice en su libro, “Historical and Dialectical Materialism: The Science of Revolution points,” que la conciencia es un producto de la materia; del mundo físico. La casa-prisión que resulta de una sociedad imperialista en los EE UU es el mundo físico, y las relaciones e interacciones económicas, políticas, y sociales que lo forman envuelven actividad física.En este sentido, las naciones oprimidas en los EE UU están sujetas a este proceso dialéctico a medida que estas relaciones e interacciones acondicionan su conciencia. La actividad en la vida diaria dentro de la sociedad imperialista en los EE UU deja una impresión en el estado mental. Y como demostramos anteriormente, la opresión nacional es una parte fundamental de la vida diaria de las naciones oprimidas en los EE UU. Además, la conciencia nacional es similar a la clase nacional en que durante el ajetreo de la vida diaria las personas intercambian y comparten ideas en cuanto a su situación material, sus condiciones de vida. Comienzan a buscar maneras de resolver los problemas a los que se enfrentan. Los intelectuales se reúnen a discutir, teorizar, y buscar la solución a problemas comunes. Pero más importante aún, se fundan instituciones y organizaciones para ayudar en el empuje de sus agendas. Todas estas acciones toman lugar a medida que las personas se reúnen después de reconocer el problema.
Entonces, cuando los marxistas de antes hablaban en cuanto a construir y profundizar la conciencia de clase entre los trabajadores explotados, se estaban refiriendo al proceso por el cual la gente comienzaba a darse cuenta del predicamento en que se encontraban, pero de una manera revolucionaria. Para nosotros, los Maoístas, nuestro trabajo en este punto histórico es el de mover hacia adelante las luchas de liberación nacional dentro de las naciones oprimidas con nacionalismo revolucionario. Debemos construir conciencia nacional entre las naciones oprimidas para que estos grupos entiendan que los conceptos tales como raza son falsos y que Amérika no vela por sus intereses. Estos grupos tienen que llegar a entender que las naciones existen y que su respectiva nación se merece el poder ejercer su derecho a la auto-determinación.
¿Por qué las vidas negras importan?
El movimiento BLM no es nada diferente al compararlo con el movimiento chican@ que exigió la revocación de la legislación chauvinista, racista, dura-contra-inmigrantes en Arizona unos años atrás.En las comunidades chican@s, la inmigración es un problema extremadamente decisivo. Las pólizas chauvinistas de Obama han deshecho familias, el maltrato de los trabajadores migrantes en el campo laboral se ha hecho demasiado frecuente, y en general, las comunidades chicanas sin servicio ni recursos continúan creando iniquidades y pobreza. El hecho de que Arizona estaba tratando de pasar—y eventualmente pasó—leyes anti-inmigratorias, fue la última gota que llenó la copa, lo cual movilizó a la comunidad chicana. De igual manera, la opresión nacional ha causado estragos en la comunidad Nuevos Africanos (New Afrikan o NA), siendo dicha comunidad la cara de la inequidad y la injusticia en los Estados Unidos. Los NA, particularmente los jóvenes, están cansados del maltrato. El movimiento BLM, aunque surgió como resultado de la brutalidad policiaca, personaliza el rencor y la angustia de la nación oprimida de NA ante la marginalización y represión que han sufrido por años.
Debemos tomar ventaja de movimientos como estos ya que demuestran la frustración de las personas oprimidas con el sistema, como también su disposición a comprometerse y cambiarlo.
Una implicación clave que surge de esto es la recurrencia de las naciones oprimidas a querer superar la opresión nacional. ¿Competirán las naciones oprimidas en los EE UU por su liberación o se conformarán con una reforma, y por extensión, una asimilación e integración parcial? Los medios convencionales proveen cobertura de estos eventos para controlar un grupo que de otra manera seria una amenaza a su situación vigente (status quo). Por lo tanto, actúan como supervisores en vez de reporteros objetivos con el propósito de formar una opinión pública y debilitar la idea de una revolución organizada. Esto tiene consecuencias serias para el movimiento de liberación nacional en los Estados Unidos en conjunto. Por eso es que el movimiento BLM es tan crítico, porque no podemos permitir el mismo resultado que ocurrió al final de la era radial en el año 1960.