Procesamiento de Vladimiro Montesinos Justifica la Guerra Popular en el Perú
Por el MIM.
Traducido por Células de Estudio para la Liberación de Aztlán y América Latina
A principios de julio la corte del Perú declaró culpable al ex-activo de la CIA, Vladimiro Montesinos, acusado de “usurparción de autoridad” por apoderarse del infame Servicio de Inteligencia Nacional cuando oficiaba como asesor de éste. El juez le dictó lo que parece ser una sentencia pesada por el detalle que resultó en su enjuicio- una multa de 2.8 millones de dólares más una cadena de 9 anos y 4 meses de prisión- pero que en realidad es leve en comparación con lo que se merece por los crímenes cometidos al ejecutar la ley marcial bajo dirección del ex-presidente Alberto Fujimori. Cientos de miles fallecieron a causa de la guerra genocida del gobierno oficial en contra del movimiento revolucionario dirigido por el Partido Comunista del Perú (PCP) o “Sendero Luminoso.” Este verano durante el juicio Montesinos enfrentará cargos de corrupción, narcotráfico, contrabando de armas, homicidio e incluso acusasiones de que él dirigía un escuadrón de muerte paramilitar. El hecho de que este títere de la CIA estaba metido en todas estas cosas fue reportado por el MIM y otros amigos del PCP hace más de diez años. Durante este tiempo los medios de comunicación en Amérika y el gobierno yanqui se mantuvieron en silencio y hasta aclamaban a Montesinos por sus sanguinarios esfuerzos “contrainsurgentes.” A continuación imprimimos una nueva traducción de un artículo que apareció en MIM Notes detallando la relación entre el gobierno yanqui, Montesinos y como los portavoces burgueses consetían a este último.
En la década de los 90 los principales medios de comunicación imperialistas difamaban al “Sendero Luminoso” y a su líder, el Camarada Gonzalo, con acusasiones de que se asociaban con narcotraficantes. Ahora son los imperialistas y otros reaccionarios quienes admiten que el gobierno del Perú estaba metido en el narcotráfico tal como lo habia dicho el “Sendero Luminoso.”
En MIM Notes Nú. 216 le informamos al lector que el Tío Sam se había fastidiado con su entonces lacayo y maestro de espionage Vladimiro Montesinos. Este es un fin común para los lacayos quienes llevan a cabo el trabajo sucio de los yanquis sólo para descubrir luego que ya no le hacen falta al patrón. El problema con lacayos tipo Montesinos es que quedan descubiertos ante el pueblo –como en el Perú– y luego sólo es cuestión de tiempo antes de que el Tío Sam se deshaga de ellos. Y claro, el próximo lacayo cobrará más para llevar a cabo las órdenes del Tío Sam.
En cada país existen personas como Montesinos, listas para convertirse en traidores y lacayos. Tanto el Tío Sam como sus lacayos merecen ser derrotados.
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Los medios de comunicación yanquis protegen a Montesinos
El día 10 de julio de 2001 CNN dijó: “Después de ser expulsado de las fuerzas armadas y un corto plazo en prisión por vender secretos a la CIA, el licenciado Montesinos abogó a favor de narcotraficantes.” (1) Cuando esto fue anunciado por CNN Montesinos acababa de terminar su huelga de hambre de 9 días en una prisión en el Perú después de haber sido entregado por las autoridades venezolanas. Ahora Montesinos enfrenta varias acusaciones criminales las cuales incluyen narcotráfico y homicidio.
Sin embargo, una búsqueda en las páginas de internet del supuestamente imparcial vocero CNN, revela que antes de que Montesinos huyera del país, es decir antes de que el Tío Sam se enfadara con él, CNN no menciona nada en relación con la protección que le ofreció Montesinos a los narcotraficantes. Basta con decir que CNN es una extensión del gobierno yanqui. Cuando el Tío Sam pide aclamaciones, CNN las entrega. Y cuando el Tío Sam le pide que muerda, CNN muerde.
Ya el día 19 de mayo del 2000 CNN decía lo siguiente sobre Fujimori y, por implicación, de su “mano derecha,” Montesinos: “Será una difícil decisión para EE.UU. soltar a Fujimori ya que él ganó grandes aclamaciones durante los primeros dos años de su mandato por la eliminación de la producción de cocaína en su país, por aplastar a la guerrilla izquierdista de los movimientos de Sendero Luminoso y los Tupac Amaru y por controlar la superinflación.” (2) Pero ya que el gobierno yanqui decidió resistir por completo a Fujimori y Montesinos, CNN y toda la prensa del monopolio capitalista cambió de tono y se le permitió hacer la conexión entre éstos y el narcotráfico.
La misma búsqueda en las páginas del periódico New York Times demuestra que desde 1996 este vocero nunca mencionó a Montesinos en conexión con el narcotráfico hasta después de la crítica del gobierno imperialista en el año 2000. Por cierto, uno de los pocos artículos del New York Times en el cual se les critica a los líderes peruanos se basa en fuentes provenientes de medios de comunicación israelítas en el Perú.
Los lectores de MIM Notes, al contrario, conocían todo el panorama desde 1994 por medio de MIM Notes no. 90 o artículos de Luis Arce Borja, quien en el mismo año comenzó su exilio en Bélgica. Periódicos al estilo Christian Science Monitor o Houston Chronicle y ediciones burguesas de Latinoamérica como el Venezolano, Caretas, sólo sueltan pequeños trozos de información.
Los periodistas lacayos sólo se atreven a imitar la práctica del MIM y presentar los hechos importantes ahora que el Tío Sam se deshizo de Montesinos. Antes de que se declarara “muerta” la Guerra Popular en el Perú los lacayos voceros del imperialismo temían perjudicar a la guerra del Tío Sam en contra de ésta y su jefe el Camarada Gonzalo y sus seguidores, pero ahora la cuestión del narcotráfico vuelve a tomar el escenario.
Ahora los voceros imperialistas hablan sobre la separación entre el Tío Sam y Montesinos y explican porqué escondieron los hechos. Durante los años 90, la agencia estadounidense contra el narcotráfico (DEA) y la CIA buscaban continuar las relaciones con Montesinos, mientras que la ex-Secretaria de Estado Madeline Albright y el ex-Zar de Narcotráfico Barry McCaffrey se oponían a las mismas, según aseguran ahora después de haber seguido una disciplina de soldados fieles a la máquina mentirosa de propaganda del Tío Sam. De hecho, fue el FBI el que capturó a algunos de los socios de Montesinos en Miami y ayudó a tronar a Montesinos mientras que ambas agencias- la CIA y DEA- siguieron unidas hasta el fin.
El Tío Sam decide intencionalmente apoyar a los traficantes de coca
Además de subrayar lo poco confiable que son los medios de comiunicación yanquis, el caso de Montesinos también señala los huecos/vacíos en el gobierno que se supone debería bloquear la corriente de drogas que alcanzan llegar a EE.UU. De por sí es una atrocidad que la DEA favoreció las relaciones con Montesinos pero también el mismo McCaffrey, el jefe superior de EE.UU. contra el narcotráfico, se vio rebajado al nivel de un cabildero interno y tuvo que mantener silencio mientras el gobierno yanqui apoyaba a los que destinaban la cocaína a EE.UU.
Sólo ahora se conoce todo esto ya que los autores de Knight Ridder, Kevin G. Hall y Lucien Chauvin han desenmascarado los detalles y algunos periódicos como el Boston Globe los han publicado. Ahora el Boston Globe admite que Montesinos enfrenta acusasiones de que él dirigió escuadrones de muerte y que traficaba la droga y las armas. El Boston Globe imprimió el reportaje en la cadena de Knight Ridder el cual decía que Montesinos era “el hombre a quien muchos creían ser el verdadero no elegido líder del Perú desde 1990 hasta el 2000.” (3) No es sorprendente, entonces, que la administración de Bush haya tardado en soltar todos los asquerosos detalles del trabajo de la adminstración de Clinton en el Perú ya que temen que éstos puedan poner en peligro al “joven gobierno democrático del Perú.” (3) La palabra “democracia” en boca de los imperialistas es una palabra clave que significa narcotráfico, contrabando de armas y otras cosas por el estilo que hacen del mundo entero un lugar seguro para las ganancias norteamericanas.
Notas:
1. http://www.cnn.com/2001/WORLD/americas/07/10/peru.montesinos.reut/index.html
2. http://www.cnn.com/2000/WORLD/americas/05/19/peru5_19.a.tm/index.html
3. Boston Globe 26June2001, p. a10.